Con la devaluación como puntapié inicial y la recesión como apriete a las importaciones, en los cuatro primeros meses del año la balanza comercial deparó un récord histórico de US$6.157 millones de saldo a favor, que fueron a parar a las escuálidas arcas del Banco Central.

La inyección a las reservas (negativas) que produjo el abultado superávit alimenta la hipótesis oficial de que el año cerrará con US$16 mil millones en azul, como dicen los economistas.

Las exportaciones, que sumaron US$23.934 millones, casi un 10% más que el primer cuatrimestre de 2023, se vieron favorecidas por la mejora en el tipo de cambio comercial que dispuso el Gobierno al asumir e incidió directamente en los ingresos facturados.

Las manufacturas de origen agropecuario, con US$ 8.386 millones, fueron las que más divisas aportaron, aunque los precios del sector superaron en apenas 7,6% a los del mismo período del año pasado.

Los commodities fueron, sin embargo, los que registraron el mayor incremento en la comparación, ya que por esa vía se recaudaron 36,3% más, con un total de US$6.341 millones.

Luego, casi la cuarta parte de la torta exportadora, representada por las manufacturas de origen industrial, resignó casi el 11% de los dólares ingresados en los cuatro primeros meses de 2023, pero aún así las ventas externas aportaron unos US$6.000 millones, mientras la economía del conocimiento deparó un 21% más de ingresos que el año anterior.