Los misterios que rodeaban el trágico asesinato de Ricardo Guillermo Saavedra, ocurrido el pasado 20 de diciembre en Tres de Febrero, cobraron claridad con la detención de un inesperado sospechoso: su propio nieto, Tomás Agustín Giménez, de apenas 16 años. Desde el inicio, las sospechas apuntaban hacia alguien cercano a la víctima, dado que no se encontraron signos de violencia en las puertas de la residencia y solo faltaba un televisor.

El desenlace de este enigma se esclareció cuando Giménez intentó coaccionar a una testigo que lo identificó en una cámara de seguridad cercana al lugar del crimen. Las imágenes captadas mostraban a dos individuos, uno de ellos con atuendo oscuro, transportando un televisor coincidente con el faltante en la casa de Saavedra.

El rompecabezas del caso se armó con el análisis de múltiples testimonios y pruebas, apuntando al nieto de la víctima como el principal implicado. La Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) San Martín concluyó la incertidumbre al arrestar al presunto responsable en su propio hogar.

El vínculo familiar entre el agresor y la víctima parece haber sido el detonante de este crimen. Los investigadores sostienen que el joven, aprovechando su relación con Saavedra, ingresó a la residencia y perpetró un brutal ataque con el fin de robar, dejando al jubilado gravemente herido en su cama. Este inesperado giro continúa revelando detalles de una tragedia que conmocionó a la comunidad de Tres de Febrero.